Las obras para su sustitución comenzaron en julio de 2015. Casi un año después, el Consistorio lagunero prepara el sorteo con el que se adjudicará cada vivienda a los realojados. "Estamos pendientes de fijar el día pero será próximamente", explicó la responsable de Vivienda, Flora Marrero. Después de este procedimiento, cada uno de los propietarios sabrá el piso y número que le corresponderá y a donde podrá mudarse -si todo sale según lo previsto- a partir de febrero del próximo año. "La intervención tiene un plazo de ejecución de unos 18 meses", recordó la edil.
Marrero visitó las obras esta misma semana aunque especificó que, durante todo el proceso, ha realizado "constantes visitas".
Los realojos de los vecinos le cuestan a las arcas públicas laguneras unos 18.488 euros mensuales en los alquileres de los 44 realojados. El nuevo edificio, además, contará con varias innovaciones como el aislamiento acústico y térmico.
Asimismo, y pese a que una de esas viviendas estará adaptada para alojar a personas con movilidad reducida, el resto de las nuevas casas estarán "preadaptadas". Se trata de un término acuñado por la empresa municipal de vivienda, Muvisa, que ha introducido determinadas modificaciones a sugerencia de Simpromi. Una de ellas es el ancho de las puertas, que es mayor para que la vivienda sea más cómoda si -el día de mañana- hay una persona en silla de ruedas o que necesite usar muletas.
Fuente: La Opinión
