En estas inspecciones se encontró que cuando se ejecutó este bloque, a consecuencia de los desniveles del terreno se realizó un forjado sanitario, es decir, una cámara que se construye para aislar el edificio del suelo aportándole así salubridad. Sin embargo, los técnicos hallaron que esta zona, que debe estar bien ventilada, se encontraba totalmente cerrada, lo que había provocado que se fuera acumulando condensación por la humedad, deteriorando las viguetas entre las bovedillas. En base a esto, los técnicos consideraron que lo mejor era desalojar estas dos viviendas que se ubican encima de esta cámara, cuyos residentes han sido realojados por el Ayuntamiento mientras duren los trabajos de adecuación. En concreto, los vecinos de una de las dos viviendas llevan ya desde la semana pasada en otra de alquiler, y los de la segunda están pendientes de firmar el contrato en breve y mientras están en una pensión, según informaron desde la Corporación local.
A raíz de este descubrimiento, se decidió revisar también los otro cinco bloques que se engloban en esta segunda fase del ARRU, sin que se encontrara este problema. “Las realidades son diferentes -apuntó el alcalde-, unos bloques se apoyan directamente en el suelo y no hay problemas, otros están totalmente apoyados en cámaras como esta, otros solo una parte o sobre garajes…”.
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